Jul 2, 2012

LOS TRANSFORMERS


El viernes después del trabajo, aunque llovía y el cielo se había puesto de un gris oscuro temeroso, me fui al Shopping a hacer la compra de la semana.

Estando aun en el parking, me pregunte si no era mejor ir a casa y posponer las compras hasta el sábado porque parecía que los cielos se habían abierto y estaba desabrigada…

Al entrar al Shopping todo de repente cobro otro sentido. Me engancho la alegría de la música funcional que estaban poniendo, el contraste de la luz interior me arranco una sonrisa y la calefacción hizo que me sintiera confortable en mi ropa de verano…

De inmediato me olvide de la tormenta.

Mientras caminaba, escuche a un niño llorar. Su llanto no era de capricho, ni de rabieta… era más bien un llanto ahogado, acongojado y muy sentido.

Se trataba de un niño de unos 5 años de edad, que caminaba acelerado al lado de su mama. Al llegar mas o menos a la altura donde yo me encontraba, escuche al niño decirle entre sollozos a su mami: “es que para mi esos transformers lo son todo, lo son todo mama”.

La mama, lo miro con amor, cruzo una mirada cómplice conmigo y con mucha dulzura se estiro hasta llegar a su carita. Le dijo: Hijo, se que esos transformers son importantes para vos, y tal vez no puedas entenderme hoy, pero créeme, ellos no lo son todo, esto también pasara…

A mi me dieron ganas de llorar de emoción. Yo podía ver su angustia. Podía sentir su dolor. Su mama, sentía una irremediable compasión y a la vez, la certeza de que podía protegerlo esta vez, en el futuro, tal vez a el le tocara estar solo, y debía saber como combatirse…

Al instante recordé todas esas situaciones de mi vida en las que creí y sentí que ya no podía más. Ya no podía dar más. Ya no podía aguantar más… Momentos en los que me sentí sola en el mundo, momentos en los que la ayuda de los demás no era nada para mi, simplemente porque el miedo o la angustia lo abarcaban todo.

Eso, fuera lo que fuera en cada momento, “lo era todo” para mi.

Cuantas veces hemos pasado por momentos angustiantes, que creímos irreversibles, imposibles, asfixiantes… sin embargo…Miramos atrás y vemos como ese niño que fuimos ha superado cada circunstancia con valentía…aun sin saber de donde sacamos las fuerzas!

Que diferente seria la vida si pudiéramos vivirla con la convicción de que las situaciones tristes, agotadoras o estresantes pasan, siempre pasan.

A todos los que se anestesian para escapar de los miedos, me gustaría decirles: Tal vez no puedas entenderme hoy, pero créeme, esta situación también pasará… 

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